Sunday, November 11, 2012

ENCUENTRO



En la tristeza de tus ojos me desbarranco, dejándome caer libre de toda atadura y sabiendo que  quizás no haya una red de protección al final de este peligroso salto, pero sabiendo que eso ya no importa mientras disfruto de esta caída que es tan cercana a un vuelo que no termina. Emocionado por el sonido de tu voz me sumerjo en vos  y voy buceando mucho más profundo, por debajo de la superficie de tus palabras y así me voy hundiendo dentro  tuyo sin temor y sin sospecha porque sé que es lo que  desde siempre tendría que haber sido, lo que estaba prometido. Me pierdo en vos al mismo tiempo que me descubro nuevamente a mí mismo. Me voy alejando y acercando a ese lugar que nunca he visto y que sin embargo sé que siempre ha existido muy pero muy adentro mío. Me voy enredando en vos y me voy mareando desasiendo las barreras que me apartan de este y otros tantos mundos, desvaneciéndome en la brisa que es el soplo de tu boca y esparciéndome en la intimidad de un absoluto al que aún yo no comprendo pero que siento vivo en todos los  centímetros de mi ser que está vibrando. Y así de pronto exploto en cientos de direcciones y de dimensiones hacia arriba en lo alto e inalcanzable así como hacia abajo en lo misterioso e inimaginable; estallo hacia el sur, el norte, el este y el oeste de todas las estrellas y de todos los vacíos convirtiéndome en una sola voz dentro de miles de millones y en una gota más que no está sola porque formo parte de una lluvia de ilusiones que desciende desde el cielo hacia el suelo fértil de la vida misma.  Y me pierdo en vos para siempre, me desvanezco en el brillo de tu mirada y me voy, me voy, quizás un poco  demasiado aprisa refugiándome en el abrigo de tu  inagotable presencia, dejando de ser para poder seguir viviendo, para poder seguir sintiendo  cómo la soledad desaparece al mismo tiempo que me  desbarranco  en el infinito de tu espíritu.